• Cambios en la dinámica de conducción habitual, especialmente al escalar.
• Aumentar la rueda libre del pedal de embrague.
• Sacudidas al cambiar de marcha y salir del lugar.
• El motor se revoluciona más de lo debido y el coche no gana velocidad.
• Cambio de marchas con gran esfuerzo.
• Olor a quemado cuando aumenta la velocidad del motor.
• Aumento de vibraciones y sonidos extraños.
• Ruidos o vibraciones inusuales.
• Chirrido al mantener pisado el embrague: si se trata de un crujido, lo más probable es que se trate del desgaste de la rótula de la horquilla de embrague, mientras que si se trata de un sonido similar al que produce un grillo, se está desgastando en exceso el rodamiento de empuje.

Si encuentra algún síntoma de un mal funcionamiento del embrague, le recomendamos que se ponga en contacto con nosotros de inmediato.